Imponente y aguerrrido, tal como lo fue en los campos de batalla, luce la escultura del Maceo en bronce de unos 16 metros de altura que recibe al turista que acerca sus pasos hasta Santiago de Cuba. Se trata de la estatua ecuestre más alta del país, que esculpe a un Titán de Bronce en galopando en plena manigua. Con su mano extendida parece que incita a sus hombres a la guerra.
Esta obra del santiaguero Alberto Lescay, corona con su majestuosidad una de las plazas más importantes del país, con unos 53 mil metros cuadrados. Se trata de La Plaza de la Revolución Antonio Maceo, icónica del oriente cubano. Allí el turista puede hacer estancias mientras nutre su espíritu con la experiencia de este conjunto monumental tan impactante.
Junto al General, se levantan 23 machetes, que simbolizan el arma de guerra de los mambises en la manigua, y específicamente, la fecha en que se reanudan las luchas independentistas el 23 de marzo de 1878, luego de un suceso histórico conocido como la protesta de Baraguá. Dicha protesta estuvo protagonizada por Maceo y sus hombres ante la posibilidad de un rendimiento pacifico a los españoles, sin que el principal motivo de guerra, la independencia de Cuba, estuviese saldado.
En el Recinto de la Llama Eterna se alumbran por siempre a los mártires de la patria. Por su arquitectura y alegoría este cuenta con distinciones tan relevantes como la Estrella de Héroe de la República de Cuba y la Orden Antonio Maceo. La magestuosa plaza cuenta con una tribuna, salón de protocolo y sala donde se exponen documentos y fotos de las gestas libertadoras, así como objetos personales de Antonio Maceo.
Por su parte, Santiago, la ciudad Héroe de Cuba, ofrece la hospitalidad de su gente, además de importantes hoteles y hostales para los viajeros que lleguen hasta esta porción oriental en busca de este y otros sitios representativos de la historia de Cuba.