A un cubano se le reconoció en Cuba como padre de la patria. Su nombre fue Carlos Manuel de Céspedes del Castillo, presidente de la República de Cuba en Armas en el período comprendido entre 1869-1873. Por el significado de este prócer para la nacional, lleva su nombre un parque que irradia belleza en la ciudad de Manzanillo, provincia de Bayamo. Es un sitio que cientos de turistas incluyen en sus agendas una vez que se deciden a visitar la Isla Caribeña.

El Parque Céspedes forma parte patrimonial de la provincia de Granma, por su elegancia particular. Lo más atractivo de esta plaza es la célebre Glorieta de Manzanillo, declarada Monumento Local en el año 1991, a decisión de la Dirección Nacional del Patrimonio. Esta ecléctica construcción surgió los primeros 15 años del siglo XX, con una marcada intención de imitar el estilo del Patio de los Leones de La Alhambra en Granada, España.

De este kiosko sobresale su arte morisco.  A modo general presenta 18 arcos de medio punto, sobre 24 columnas, que descansan, a su vez, sobre basas con fustes delgados y  anillados. Su techo se laza a más de un metro y el zócalo exterior está enchapado con cerámicas vidriadas y finos dibujos.

El parque Céspedes fue el primer sitio donde se exhibió la Campana de la Demajagua, un objeto representativo de la independencia de Cuba, pues correspondió al Ingenio de Carlos Manuel de Céspedes, padre de la patria, porque libertó a todos sus esclavos y los convocó a la lucha contra el coloniaje.

Allí concurren declamadores, poetas, músicos y otros artistas de importancia en el territorio, para intercambiar sus creaciones con el pueblo manzanillero, y otros visitantes del parque. También ha sido escenario de actividades políticas y otras manifestaciones culturales.

La ciudad manzanillense ofrece al viajero la oportunidad del descanso en casas de alquiler, con suficiente confort y precios asequibles.

por CubaHotel

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